La desintoxicación de las redes sociales


 

¿Quién no quiere salir adelante? Progresar y desarrollarse como persona, plantear objetivos que deseamos cumplir, tener buenas amistades, lograr reconocimiento. Todos queremos lo mejor para nosotros mismos. Sin embargo, el problema radica en cómo lograrlo.

Aquí no vengo a ofrecer una solución para el éxito individual, pero sí a detallar y desarrollar una posible complicación o problemática al alcanzarlo. La idea que quiero plantear aquí no es de mi autoría y lleva bastante tiempo desarrollándose: la influencia negativa que nos causan las redes sociales.

En este artículo quiero analizar la influencia de las “Redes” en los ámbitos emocional, productivo, sexual y social.

Primero vamos a definir de antemano lo que podemos denominar “éxito”, ya que es un término muy subjetivo, al igual que lo son las “Redes” y sus objetivos.

¿Qué es el éxito?

Personalmente, podemos clasificar el éxito en tres categorías diferentes, y dependerá del individuo cuál satisface más o si es una combinación de todas. El éxito financiero, el éxito por reconocimiento y el éxito del conocimiento.

El éxito financiero es, quizás, el más sencillo de entender y es el más popular de todos hoy en día. Se refiere a la capacidad económica que un individuo ha logrado alcanzar. Puede proporcionar una mejor salud, comodidad o poder.

El éxito por reconocimiento es más un estado en el cual nos gustaría ser reconocidos por otros por algo positivo. Tenemos ejemplos como deportistas, artistas, líderes, científicos, etc. Es una manera de trascender a la muerte de manera abstracta.

El éxito por conocimiento es el más complejo de todos y el menos buscado por la gente. No estoy hablando de convertirse en algún tipo de genio, sino más bien de sentirse iluminado. Fue el camino de muchos pensadores de la antigüedad, como Sócrates, Diógenes, Aristóteles, Nietzsche. Se trata de comprender la vida más allá de lo superficial, como lo intentan hacer muchas religiones y filosofías.

A pesar del éxito como tal, existen ciertos pilares fundamentales que un individuo debe satisfacer para sentirse pleno. Según lo que aprendí del Estoicismo, “el hombre debe aprender a vivir de acuerdo con la naturaleza”, y según Aristóteles, “naturalmente el hombre es un ser social”. Por lo tanto, en este análisis también abordaré los temas sociales pertinentes.

Objetivos de las redes sociales

Una de las mayores redes sociales y de mayor influencia ha sido Facebook. En el momento de su creación, su objetivo estaba claro: romper las barreras físicas y conectar a las personas. Desde entonces, se han sumado muchas más redes al carro, como Instagram, Whatsapp, Twitter, TikTok, Snapchat, Youtube, Reddit, etc., y al parecer todas con el mismo objetivo.

¿Y dónde radica el problema? No quiero abordar este tema justo ahora; lo haremos más adelante. Por ahora, vamos a centrarnos en sus beneficios, incluso idealizándolos.

Las redes sociales nos permiten:

  • Mantener una relación con nuestro círculo social de manera directa, sin importar distancias ni fronteras.
  • Expandir nuestro círculo social.
  • Expresarnos libremente y ser escuchados.
  • Explorar y descubrir nuevas ideas y contenido de manera vertiginosa.

Está claro que la herramienta por sí misma nunca será la culpable. Entonces, ¿cuál es el problema?

El fallo de las redes sociales

Si no pagas por el producto, entonces, tú eres el producto.

Verán, el problema de todas las redes sociales, o al menos de las más populares, radica en su verdadero objetivo: el económico. Mantener una red social del tamaño de TikTok o Facebook cuesta mucho dinero, y no solo eso, también se le puede sacar bastante provecho.

Todas las redes sociales han puesto sus esfuerzos y recursos en una misma dirección: hacer la red más adictiva y enganchar más a los usuarios, sin límites y sin consecuencias.

Para lograr esto, se han creado algoritmos bastante complejos que son una obra maestra en el ámbito de la psicología humana. El trabajo psicológico y manipulativo detrás de las redes sociales es mucho más grande que el trabajo tecnológico e informático. Todos los microdetalles cuentan: desde el color de un fondo hasta el tamaño de un botón, el sonido del “Me gusta” o cómo te desplaza de un sitio a otro; todo está pensado para llamar tu atención y que permanezcas en dicha red social.

Debido a la naturaleza humana, en la que las malas noticias nos llaman más la atención que las buenas, de eso se aprovecha el algoritmo, y no importa si el contenido que te recomienda es falso o no, mientras tú sigas prestando atención.

Debido a esto, el algoritmo ha aprendido a premiar y recomendar el contenido más polémico, destructivo y sexualizado, con tal de ganar unos minutos más de tu atención.

Si reviso mi Facebook hoy en día, lo que encontraré posiblemente sea:

  1. Memes.
  2. Contenido hipersexualizado o directamente pornografía.
  3. Propaganda política y noticias falsas.
  4. Polémicas y farándula.
  5. Y, muy raramente, algún post de mi entorno social que realmente me interese.

Y eso es Facebook. ¿Qué podríamos esperar entonces de TikTok, que considero la peor de todas?

En este juego, no solo el algoritmo aprende, sino también la mayoría de los creadores de contenido. Han aprendido que el algoritmo puede ser más benévolo con ellos si se sexualizan, se ridiculizan, crean polémicas solo por el gusto de hacerlo, o incluso si tienen que mentir para lograrlo. Hay ejemplos de sobra.

Al final, el usuario está envuelto en un ambiente tóxico, competitivo y manipulador, donde compara su realidad con otras totalmente alteradas y falsas, creando ansiedad, dañando la autoestima y separándonos más como sociedad.

Ojo, yo no critico al sistema; el sistema solo es egoísta y quiere sacar beneficios. ¿Por qué juzgar eso? Lo que no quiero es ser una víctima de él.

Entonces, detallando más, ¿qué podríamos esperar personalmente, tanto bueno como malo, si dejáramos las redes sociales? Y para terminar, ¿cuál sería la mejor solución para evitar lo malo sin despedirnos de lo bueno?

Consecuencias emocionales de dejar las redes sociales

Las redes sociales fomentan un competitivismo tóxico y desigual al promover una cultura de la apariencia y la comparación constante. En estas plataformas, la imagen que proyectamos muchas veces no refleja nuestra realidad, sino una versión idealizada de nosotros mismos. Esto nos lleva a competir por likes, seguidores y validación, en lugar de cultivar relaciones genuinas y significativas.

Al dejar las redes sociales, es posible que al principio te sientas menos conectado socialmente. Puede ser difícil dejar atrás la comodidad de las interacciones virtuales y la constante sensación de estar “conectado”. Sin embargo, esta sensación inicial de desconexión puede ser el primer paso hacia una verdadera conexión interpersonal.

Al alejarte de las redes sociales, te verás obligado a buscar formas más significativas de conexión. Esto puede implicar retomar el contacto con amigos y familiares de manera más personal, participar en actividades grupales fuera de línea o incluso buscar nuevas amistades en tu comunidad. A medida que te alejas de la superficialidad de las interacciones en línea, te darás cuenta de que puedes construir relaciones más auténticas y profundas en el mundo real.

Además, al dejar las redes sociales, tienes la oportunidad de reconectar contigo mismo. Muchas veces, pasamos tanto tiempo comparándonos con los demás en línea que perdemos de vista quiénes somos realmente. Al desconectar, puedes concentrarte en tus propios intereses, valores y metas, en lugar de dejarte influir por la constante presión de la validación externa.

Consecuencias productivas de dejar las redes sociales

Las redes sociales se han convertido en una adicción moderna, donde el tiempo que pasamos en ellas muchas veces supera nuestros momentos de descanso y ocio. Aunque es natural buscar entretenimiento y conexión en línea, las redes sociales van más allá al ofrecer una constante gratificación instantánea que puede resultar adictiva.

Una de las razones principales de esta adicción es la alta tasa de manipulación a la que estamos expuestos. Los algoritmos diseñados por estas plataformas están meticulosamente elaborados para mantenernos enganchados, ofreciéndonos contenido que saben que nos resultará irresistible. Desde las notificaciones hasta la disposición del contenido en nuestro feed, todo está diseñado para mantenernos desplazándonos y consumiendo, incluso cuando sabemos que deberíamos estar haciendo otra cosa.

Esta falsa generación de complacencia es otra trampa en la que caemos fácilmente. Al recibir likes, comentarios y seguidores, experimentamos una sensación momentánea de satisfacción y validación. Sin embargo, esta gratificación es efímera y superficial, y a menudo nos deja buscando más para satisfacer ese impulso constante de validación externa.

Además, el fácil acceso a las redes sociales las convierte en un refugio tentador en momentos de estrés o presión. En lugar de enfrentar nuestros problemas o buscar formas saludables de lidiar con el estrés, recurrimos a la distracción inmediata que ofrecen estas plataformas. El problema es que esta distracción no resuelve nuestros problemas, sino que simplemente los pospone, creando un ciclo de evasión que puede ser difícil de romper.

Las constantes notificaciones también contribuyen a esta adicción. Cada vez que recibimos una notificación, nuestro cerebro libera una pequeña dosis de dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. Esta sensación de gratificación nos impulsa a revisar nuestras redes sociales una y otra vez, en busca de esa próxima dosis de dopamina.

Consecuencias sexuales de dejar las redes sociales

El ser humano siempre busca sensaciones más intensas y nuevas experiencias, y en el ámbito sexual no es la excepción. Las primeras emociones y experiencias, aunque torpes, suelen ser las más placenteras. Sin embargo, con el tiempo, un simple roce, un beso o un juego pueden parecer insuficientes, y comenzamos a buscar experiencias más intensas y excitantes.

El acceso ilimitado a contenido sexual en internet y en las redes sociales puede alterar el desarrollo sano y normal de la sexualidad de un individuo. La exposición constante a imágenes y videos explícitos puede distorsionar nuestra percepción de la sexualidad, llevándonos a la perversión y a la búsqueda de experiencias cada vez más extremas y poco saludables.

Además, las redes sociales pueden desmotivar el esfuerzo y la motivación en el ámbito sexual al ofrecer un acceso fácil a una gratificación instantánea y efímera. Naturalmente, el ser humano tiende a buscar el camino más sencillo, desmotivándonos para esforzarnos por mantener una vida sexual más activa y satisfactoria. En lugar de buscar y cultivar relaciones sexuales saludables y significativas, muchas personas recurren al contenido sexual en línea como una solución rápida y fácil para satisfacer sus necesidades sexuales.

Esta búsqueda constante de gratificación instantánea puede llevar a una disminución del interés en las relaciones sexuales reales y a una falta de satisfacción en estas relaciones. Además, el acceso ilimitado a contenido sexual en línea puede desensibilizarnos y hacernos menos sensibles a estímulos sexuales naturales, lo que puede afectar negativamente nuestra vida sexual y nuestras relaciones íntimas.

Consecuencias sociales de dejar las redes sociales

Al dejar las redes sociales, es posible experimentar un cambio significativo en la dinámica social. Inicialmente, puede sentirse como un vacío, ya que las redes sociales proporcionan una sensación de conexión constante. Nos hemos acostumbrado tanto a la interacción en línea que, al dejarlas, puede parecer que nos estamos desconectando del mundo.

Sin embargo, este aparente vacío pronto puede transformarse en una oportunidad para construir relaciones más significativas y reales. Al alejarnos de las redes sociales, nos damos la oportunidad de dedicar más tiempo y energía a las relaciones en el mundo real. En lugar de pasar horas desplazándonos por nuestros feeds, podemos dedicar ese tiempo a interactuar en persona con amigos y familiares, fortaleciendo así nuestros lazos sociales.

Al alejarnos de las redes sociales, también nos liberamos de la presión de mantener una imagen virtual. En lugar de preocuparnos por cómo nos perciben los demás en línea, podemos concentrarnos en ser auténticos y desarrollar una identidad más genuina. Esto nos permite establecer conexiones más sólidas y auténticas con los demás, basadas en quiénes somos realmente, en lugar de en la imagen que proyectamos en línea.

Además, al dejar las redes sociales, nos liberamos de la constante comparación con los demás. En lugar de medir nuestro valor en función de likes, comentarios y seguidores, podemos enfocarnos en lo que realmente importa: nuestras relaciones y nuestra felicidad. Esto nos permite disfrutar de una comunicación más auténtica y profunda, ya que podemos compartir nuestras verdaderas experiencias y emociones sin el filtro de las redes sociales.

Soluciones

Para contrarrestar los efectos negativos de las redes sociales, es crucial tomar medidas activas para recuperar el control sobre nuestra experiencia en línea. El corazón del problema reside en los algoritmos diseñados para mantenernos enganchados a la plataforma, priorizando el contenido más polémico, destructivo y sensacionalista. Una solución efectiva es rechazar el contenido no solicitado y navegar por la red por voluntad propia.

Considero que aquellas redes que no están afectadas por este algoritmo no son tan nocivas para nosotros, como Telegram o Whatsapp.

Desactivar las notificaciones de las redes sociales es otra medida importante para reducir las distracciones y la dependencia. Al hacerlo, evitamos la constante interrupción de nuestro flujo de trabajo o nuestras actividades diarias. Es esencial recordar que el contenido que nos llega a través de estas notificaciones está diseñado específicamente para captar nuestra atención y mantenernos enganchados.

Una alternativa para evitar la influencia del algoritmo es utilizar RSS (Really Simple Syndication). RSS te permite seleccionar las fuentes de información que deseas seguir y acceder a su contenido de manera más controlada. Al suscribirte a fuentes de confianza a través de RSS, puedes mantenerte al tanto de las noticias y actualizaciones sin verse afectado por el sesgo del algoritmo de las redes sociales.

Además de estas medidas técnicas, es importante reconocer que dejar las redes sociales puede tener un impacto positivo en varios aspectos de nuestra vida. Al liberarnos de la presión de mantener una imagen virtual y de la constante comparación con los demás, podemos concentrarnos en desarrollar una identidad más genuina y establecer conexiones más significativas en el mundo real. Al final, se trata de recuperar el control sobre nuestra experiencia en línea y priorizar nuestra salud mental y bienestar.

Con este pensamiento ya desarrollado, voy a empezar a llevarlo a cabo. Entonces, espero volver dentro de uno o dos meses para compartir mis experiencias y escribir si me tengo que retractar o si me ha servido abandonar o reducir el uso de las redes sociales.

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